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jueves, 2 de junio de 2016

SECCIÓN LITERARIA - “LA CASA DE LA MEZQUITA”. Kader Abdolah

La Editorial Salamandra escribe sobre esta obra: “Sin duda uno de los más destacados narradores contemporáneos de los Países Bajos, el escritor de origen iraní Kader Abdolah —autor de El reflejo de las palabras— ha obtenido un rotundo éxito con esta nueva novela, que ha sido elegida por los lectores neerlandeses como segundo libro preferido de todos los tiempos.
Durante generaciones, la poderosa familia de Aga Yan ha ocupado una posición privilegiada en la tranquila ciudad de Seneyán. Siguiendo una tradición secular, el clan habita un caserón de treinta y cinco habitaciones adosado a la mezquita, una enorme y animada colmena llena de abuelas, niños, sirvientes, comerciantes y santones.
Por el edificio fluyen a toda velocidad historias fascinantes, y allí conviven el poder económico y el poder espiritual, la religión y la vida social, las pasiones y los rezos. Sin embargo, todo cambia en los años setenta, cuando la religión se convierte en arma política y pone fin a décadas de armonía. Los grupos de izquierdas contrarios a la occidentalización del país y los extremistas islámicos provocan la caída del sah, y el regreso del ayatolá Jomeini marcará drásticamente el destino de la familia.

Epopeya familiar de marcado tono autobiográfico, en La casa de la mezquita confluyen la rica cultura persa con la vida cotidiana de los iraníes. Gente, arte, religión, sexo, literatura, cine, incluso el mundo de la radio y la televisión; el autor retrata, con el conocimiento que le otorga su experiencia personal, una sociedad islámica moderada, ligada a una sabia y fértil tradición milenaria y alejada de todo radicalismo”.

BOLETÍN N° 221: Selección de párrafos.

Boletín literario preparado por Eduardo Trucco B., en cual comenta obras literarias de actualidad. Al igual que las demás publicaciones, el lector tiene la oportunidad de compartir sus opiniones usando nuestro espacio de “Comentarios”, ubicado al pie de cada publicación.  Eduardo Trucco Burrows, es abogado de la U. de Concepción. Reside en Algarrobo, en el condominio “Campomar” (camino a Tunquén).Ha estado ya casi dos años interviniendo por la defensa y protección de los ecosistemas de la playa de Tunquén, contra la invasión de inmobiliarias y demás personas que no tienen escrúpulo alguno en destruir toda la playa, el humedal y el santuario de la naturaleza. Lo que se presenta es un trabajo sencillo: leer obras escritas en español, subrayar lo que nos parece interesante, bello, atractivo, divertido o sorprendente; enseguida, haciendo una cuidadosa selección de todos los párrafos que se ha subrayado, se traspasan las citas – generalmente sin comentarios – al boletín.

LA CASA DE LA MEZQUITA”. Kader Abdolah. Ediciones Salamandra, Barcelona, 2ª edición 2009. Escritor Iraní, asilado en Holanda; autor de varias novelas.

    1. Las abuelas formaban parte de la casa, igual que el viejo grajo, el cedro y los sótanos. Una de ellas había criado al imán y la otra a Aga Yan, ambas eran las confidentes de este último y se encargaban de velar por las costumbres de la casa. Pág. 19.

  2. Durante siglos, los zocos habían sido el principal centro económico del país.

  3. Con la primavera llega también el nuevo año persa, el Noruz. Pág. 28.

  4. Las mujeres se ocupan de todos los detalles y sólo cuando todo está dispuesto se toman un tiempo para sí mismas.

  5. Fagri Sadat era una mujer respetada en los círculos privilegiados de la ciudad. Pág. 29

  6. Tal vez lo hicieron en la primavera. En esa estación, los tejados de las casas, hechos con una clase especial de barro y una mezcla de plantas del desierto, desprendían un delicioso aroma. Pág. 30.

  7. Las abuelas entraron con un pequeño hornillo encendido y echaron un poco de esfand al fuego, que desprendió una nube de delicioso y fragante humo. Pág. 33.

  8. La novia le daría al novio un ejemplar del Corán con tapas de oro y abandonaría la casa paterna con un velo blanco y un libro del poeta medieval Hafiz. Pág. 49.  

  9. Los invitados fueron agasajados con té y los mejores dulces de la panadería, y tanto los hombres como las mujeres fueron rociados con perfume de rosas sobre las manos. Pág. 54.

10. Por un segundo, a Aga Yan le pareció ver algo ruin en su mirada, como si de pronto se le hubiese caído la máscara que ocultaba su verdadero rostro. Pág. 57.

11. Kazem Kan era frugal en las comidas, tenía un aspecto saludable y disfrutaba de la vida. Había vivido mucho y había perdido mucho, pero a lo largo de los años tres cosas habían permanecido inalterables: su amor por la poesía, el opio y las mujeres. Pág. 73.

12. Nada más verlo entrar, ponían su pipa de opio sobre la ceniza caliente y las bolitas de opio picado en un platito de porcelana china, que dejaban junto al hornillo en el que ardían tiernas ramas de cerezo con una tenue llama azul.

13. Los habitantes de la casa veían en él una cara distinta de la vida. Pág. 77.

14. - ¡Es una obra maestra! – exclamó Aga Yan. ¿De dónde sale tanta belleza? Pág. 118.

15. Él cogió su Corán y buscó el sura Aan kahto, que un hombre recita cuando quiere acostarse con una mujer que no es su esposa. Después de leer el sura y de que Zinat hubiese pronunciado la palabra qabelto (accedo), él podría desnudarla, según la doctrina del libro. Pág. 136.

16. La tercera noche, Aga Yan supo que la muerte de Kazem Kan era inminente; fue hasta su cuarto y cerró la puerta, besó a su tío en la frente y le susurró:
    - Puede irse si lo desea. Nunca lo olvidaremos y en la cámara del tesoro guardaré sus zapatos y sus poemas. Estoy aquí, a su lado, con su mano entre las mías. Pág. 158.

17. Deseaba encontrar respuestas a sus preguntas. Pero era imposible, la cámara del tesoro era un secreto que permanecía en la oscuridad, un secreto que pertenecía a la mezquita, al Corán y a la historia. Pág. 160.

18. Nadie podía creer que existiera una mujer tan hermosa. Su rostro deslumbraba como el día de la victoria y sus cabellos eran tan oscuros y tan largos como la noche en que uno espera a la amada que no llega. Pág. 163.

19. La sonrisa que antaño bailaba siempre en sus labios había desaparecido; un velo de tristeza le ocultaba el rostro. Pág. 178.

20. Iban erguidos en las monturas como si fueran sultanes, uno no ve a gente así por las montañas. Pág. 183.

21. Andaba encorvado, con el aspecto de un viejo vagabundo que no se hubiese lavado en mucho tiempo. Pág. 280.

22. Pero les habían prohibido cualquier manifestación de dolor. Pág. 315.

23. En los pueblos como aquél se vive permanentemente a la espera de algo: de que alguien llegue o se vaya; de que nazca una criatura o alguien fallezca. La aldea adormecida aguardaba siempre un suceso, sólo después se ponía en movimiento. Pág. 317.

24. La revolución había despertado el lado más siniestro de las personas. Ya no se podía confiar en nadie, ni siquiera en la propia familia. En los libros sobre la vida de los reyes había leído que siempre había habido gente así. La traición y el crimen no eran ajenos a la naturaleza humana. Pág. 322.

25. Los años pasaron y la pena de la casa creció como un árbol en el jardín. Pág. 358.

26. Han sabido reconciliarse. Son gentes experimentadas, estos viejos lugareños. Son sabios y su sabiduría procede de las ricas tradiciones de esta tierra; saben cómo curar viejas heridas. Pág. 363.

27. No debes dejar que tu mujer se acostumbre a tus brazos. Déjala que pase una noche sola, le vendrá bien – bromeó. Pág. 370.

28. – Esta noche tú y yo tenemos sobradas razones para brindar. Es una hermosa y nostálgica noche, lo leo en tu rostro. Pág. 371.

29. Habría podido quedarse vivir en la Ciudad Luz para siempre, pero al cabo de cierto tiempo algo cambió. Ya no se sentía feliz allí, echaba de menos su hogar, los cerros de su juventud y las mujeres de las montañas. Pág. 372.

30. - ¿Por qué pareces afligido?
    -  Es parte del dolor de un amigo – le dijo. Pág. 373.

31. Usted no morirá. Permanecerá hasta que todos se vayan y todos lleguen. Pág. 376.

32. El cristal es como una estrella fulgurante
     Se alimenta del aceite de un olivo bendito. Pág. 377.


2 comentarios:

  1. Muchas gracias. No sabía nada de este autor. Siempre leo estos articulos

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  2. Leyendo la presentación atrae, pero luego al ir leyendo la seleccion de frases, me desmotivo, me da la sensación de un relato costumbrista de una historia y ambiente muy lejano a lo nuestro. ¿Se habrá llevado al cine alguno de sus libros?

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