LOS HABITANTES QUE AMABAN A SUS HOYOS

Por: Alien Carraz

escritor & articulista

Han habido muchos -como Rodrigo E- que hemos pataleado por años a través del teclado y los epítetos que apelan a la consciencia o aquellos otros cargados de rememoranzas casi heroicas que sacan a la luz las postales del pasado esplendoroso de Algarrobo; otros, echando mano al honor, a la vocación de servicio y a la vergüenza (¡já!) de los encargados en el Municipio; otros, derechamente violentos, rebeldes ante la indiferencia, esa indolencia insolente de la burocracia nacional que nos hiere en el corazón de nuestros derechos ciudadanos; otros, ya casi histéricos, enrabiados, con ganas de mandar a la csm a todos los cabrones que teniendo todo el poder y la plata NO hacen nada para hacer de este pequeño paraíso un Paraíso de Verdad, uno en serio, uno que cumpla con la norma de hacernos sentir que aquí hay encargados que sueñan con cosas mejores para la gente, que trabajan sólo para su ciudad, que aspiran a cosas grandes para su balneario (requete turístico), que planifican el bien para sus calles, para sus playas, para sus humedales, sus arenas, sus pingüinos...

"No Ensucie Su Camino"

Algún vivo del aparataje estatal se mandó la frase e inventó este letrero como para que nosotros, los weones de siempre, tomemos consciencia de que los caminos son de todos nosotros. De todos. Menos de ellos. Los que inventan frases para el bronce (como este weón) han pasado años enteros por arriba de los hoyos de Camino del Medio y ni se inmutan, ni se dan por aludidos porque ni se les ocurre imaginar que ellos tienen algo que ver con los malditos hoyos.

Lo dicho, poner un letrero que diga "Peligro Baches en el Camino" es la panacea para eximir de toda responsabilidad a los hdp que deberían reparar esos caminos. Y lo peor es que estos tipos los dejan ahí por años. Ya en el paroxismo del degeneramiento, los letreros se empiezan a deteriorar, se desarman y luego terminan en el suelo al lado de los hoyos cada vez más intransitables (es que ¡oiga usted! en Algarrobo hemos tenido que aprender que el pavimento quebrado, los baches, los socavones y los hoyos son parte del espacio transitable).

Es triste ser ordinario. Tener esa consciencia cochina-calculista al pedo que apela al ingenio  chamullento y huachaca para sacar ventajas en el río revuelto de la mala gestión del otro vivaracho (que también salía en las fotos, cortaba cintas, calentaba el sillón, hablaba weás en los concejos y urdía componendas para mejorar finanzas propias, amiguis & familiares) y que además la use para seducir a los tontos útiles para que le den el voto y que todo el despelote sin destino empiece de nuevo cada 4 años.

¿Será que los de arriba NO saben (¡já!) que los elegidos se forran a costa de las platas del Estado...o sea, de nosotros? ¿Será que este "arte delincuente" es igual a un "foul táctico"? Es decir, sólo te chantan la roja si el "manotazo" fue derechamente grosero, pero un poco más y te aplauden si el "agarrón" pasa piola y no te cachan ni con el Var.

Lo otro que hay, lo que se cocina, son esos enjuagues más oscuros que un haitiano en un eclipse o esos permisos escandalosamente truchos para construir cosas imposibles de permitirse u otras movidas que abren las amplias avenidas que llegan hasta la puertas mismas de los que ponen las lucas en los maletines.

Duele ver que el ingenio está al servicio del pillaje y a costa del paisaje. Irrita la complicidad de unos y otros que hacen su agosto pasándose por el forro los derechos de la gente, del aire, del agua, del mar y hasta de los humedales que son como el último bastión que sostiene los equilibrios de una parte de esta naturaleza costera que está cada vez más despojada,          des-arenada, degradada y envenenada...

No hay honor en la gente. No hay honor en la política. No hay honor en la banca ni en la letra chica ni en los cálculos financieros. No hay honor en el comercio ni en las empresas. No hay honor en el Transantiago, ni en el Metro, ni en los malls. Todo, en la gran urbe donde se hacina la gente, se ha vuelto como el tubo de escape que contamina el aire, irrita los ojos e  intoxica los pulmones con partículas de mierda.

Camino del Medio se renueva. ¡Por fin, hubo piedad con el suelo, el paisaje, los transeúntes, los conductores y hasta con la vida misma de los residentes  que protestan y se juntan a hacer pucheros con letreros para que les despejen las veredas de ramitas y tronquitos, pero que a su vez han vivido años entregados mansamente a los hoyos sin ninguna indignación que valga, sin exponer el cuero a las balas, ni bayonetas ni trincheras. En vez de hacer la lucha del guerrero, decidieron aprender a disfrutar de los hoyos. Aplicaron la norma de lo inexorable:

"Cuando la violación es inminente, no te resistas...¡Gózala!"