“Algarrobo
Digital”: ¿Qué pasa en Algarrobo? Silencio
Reporteado por Pamela
Boltei
Diario El Mercurio
de Valparaíso
Diversos
expertos en construcción y borde costero analizaron el actual panorama
viñamarino tras las marejadas y entre sus conclusiones están que es necesario
evaluar las construcciones en esa zona, así como trabajar en conjunto con otros
organismos para prevenir y preparar el sector para eventos similares.
Durante la
semana, el municipio dio a conocer una serie de medidas para habilitar en
primavera algunos de los sectores más dañados del borde costero, aunque el
inicio de obras de reconstrucción tendrá que esperar algunas semanas, por lo
menos. De hecho, los trabajos que se han ejecutado con personal municipal y
maquinaria pesada han incluido el retiro de escombros, la remoción de piedras
de gran tamaño y, también, la construcción de los taludes.
Habilitación
El director
de la Secretaría Comunal de Planificación Tomás Ochoa dijo, de acuerdo a una
publicación que apareció en "El Mercurio", que "en este periodo
no vamos a reconstruir las obras dañadas, ya que otros episodios de marejadas
anormales podrían destruirlas nuevamente".
En cuanto
al anfiteatro de la Playa del Deporte, la infraestructura de 180 toneladas
deberá ser demolida y ser repuesta tomando en consideración el efecto de las
marejadas, con el apoyo de la Dirección de Obras Portuarias (DOP) del
Ministerio de Obras Públicas. "Esperamos que el MOP pueda financiar
también la reposición del anfiteatro que estaba en la Playa del Deporte",
dijo Ochoa en aquella oportunidad. Desde el municipio afirmaron que prontamente
las actividades que se realizaban en el anfiteatro -como las clases de zumba y
otros, hoy suspendidas-, se retomarán en la explanada frente al muelle Vergara.
Sin
embargo, la alcaldesa Virginia Reginato afirmó que "el objetivo es que el
paseo esté en el mejor estado para la primavera y habilitarlo en su totalidad
para la temporada estival. Para ello, la Secpla llamará a licitación para
reconstruir las pasarelas de madera y realizar obras de contención".
Precisó que
"estamos abordando el tema en dos etapas. La primera es dejar habilitado
el sector para el verano y para la segunda hemos conformado una mesa de trabajo
con diversos expertos del mundo académico y del Ministerio de Obras Públicas
para diseñar obras marítimas que sean capaces de soportar las marejadas".
Al
respecto, el doctor de Filosofía en Oceanografía Física, coordinador del grupo
de Investigación Uplaguas e investigador del Centro de Estudios Avanzados (CEA)
de la UPLA, Julio Salcedo, afirmó que "las marejadas son eventos puntuales
y predecibles, por lo que el turismo debe acostumbrarse y adaptarse a estas
vicisitudes. Obviamente, hay infraestructura que debe ser reparada,
especialmente aquella relacionada con accesos, veredas y calles. Idealmente, la
infraestructura que demande mayor inversión y que implique intervención del
borde litoral debería ser precedida por estudios adecuados y que sean
multidisciplinarios".
Dejar de
construir en su opinión, debe haber "una coordinación con el gobierno
regional y los servicios públicos para ver la forma de prevenir y mitigar los
daños en el borde costero. Debe haber
definitivamente una delimitación de las zonas de riesgo y dejar de construir en
el borde costero. La solución no pasa solo por construir obras como
rompeolas y zonas de amortiguamiento, sino que se deben integrar soluciones a
mediano y largo plazo, considerando amenazas como terremotos y los efectos del
cambio climático".
Similar es
la opinión del arquitecto Francisco Igualt, académico de la Escuela de
Arquitectura y Diseño PUCV. A su juicio, el atractivo turístico del borde
costero no está en riesgo por el hecho de invertir o no en reparaciones de los
daños generados por las últimas marejadas, "sino que por el uso
irresponsable de zonas de riesgo de inundación. La afluencia de turistas y
residentes al borde costero seguirá existiendo".
En ese
sentido, las medidas que tome el municipio "debieran estar enfocadas en la
seguridad de quienes visitan el borde costero. En una primera instancia el
municipio debiera invertir en prevención y educación. Prevención mediante un
plan de manejo del borde costero, que prohíba el uso y construcción de
infraestructura de servicios en zonas de riesgo de inundación. Y educación de
manera de advertir tanto a los comerciantes como a turistas de los riesgos
asociados al borde costero".
Añadió que "la municipalidad debiera promover
IPT (Instrumentos de Planificación Territorial) que restrinjan las
construcciones en zonas de influencia del oleaje. Esto no ha sido considerado
en etapas anteriores, donde se procedió a construir en zonas que se ven
constantemente sobrepasadas por el oleaje, generando daños y poniendo en riesgo
la integridad de turistas y residentes".
Replanteamiento
El
académico consideró "prudente" que el municipio detuviese "el
proceso de constante reparación de infraestructura costera afectada por
marejadas. Creo que el concepto de reconstruir, o de proceder a una rápida
reparación de lo destruido tras un evento de inundaciones costeras, ha privado
a las autoridades de una visión de adaptabilidad. Espero que esta decisión
responda a un proceso de replanteamiento del uso y manejo del borde costero en
vez de una decisión de carácter netamente económico".
Wolfgang
Breuer, diseñador industrial y docente del Campus Creativo de la Universidad
Andrés Bello Viña del Mar planteó que "hoy el municipio de Viña del Mar debe dar una real importancia a lo que
el borde costero implica dentro del desarrollo de la ciudad, diseñando
estrategias de corto, mediano y largo plazo, dando máxima prioridad al
desarrollo y planificación del espacio comunal. El municipio no puede trabajar
solo, debe integrar a la discusión a la Comisión Regional de Uso del Borde
Costero. Otra medida es mantener un rol comunicacional activo como parte de
la lógica de uso del borde, lo que impacta significativamente en el sector
turístico que hoy en día exige atención, información y propuestas de
innovación".
Agregó que
"se hace necesario incorporar una gestión resiliente, con obras
mitigadoras de origen natural, disipación artificial y natural de energía,
distribución interior de áreas contenedoras, observatorios de tormentas desde
áreas seguras, vías de evacuación y planes de prevención con estándares
elevados. El financiamiento es una piedra de tope que no se logra dimensionar
en esta discusión, utilizar lo disponible del MOP, Gobierno Regional y el
Municipio preparando un plan de largo plazo que incluya el mejoramiento de
disponibilidad de concesiones privadas en infraestructuras, que sean capaces de
coexistir en el tiempo".
Fuente:
Diario El Mercurio de Valparaíso. Edición 30 Julio 2017. Página 6.
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