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miércoles, 8 de julio de 2020

CHILE=GOTERAS=PLÁSTICO. Opinión

Por Susana Wiener Levy

Tengo una hermana que vive en Alemania hace más de 50 años y está completamente asimilada a ese país: su idioma, costumbres y valores tal como la honestidad, el cuidado del medio ambiente y el amor al trabajo bien hecho. Digo esto antes de volver a aquello de las goteras en mi casa-jardín de los chincoles. Porque ya no es una son cuatro, la última sobre mi cama, lo que se tradujo en una enorme inseguridad y alarma en mí. 

Cuando le cuento por WhatsApp a mi hermana alemana mi desgracia, me pregunta: ¿supongo que vas a reclamarle a la empresa que te hizo el arreglo del techo el verano del 2018 al 2019? Antes de contestarle me quedo unos segundos pensando. ¿Empresa que arregle el techo de una pensionada de 76 años? ¿En Algarrobo? Ella no lo podrá entender nunca. Una persona en mi situación busca un “maestro”, busca una recomendación, que sea acorde con lo que una pueda pagar, que sea cumplidor, honrado y baratito. Una complicada trilogía. Y eso fue lo que sucedió. Fue un verano para el olvido: san lunes, malas terminaciones, mal material y además caro. Cuando les reclamé, se retiraron ofendidos y por los dardos en sus miradas puedo imaginar lo que pensaron esta veterana tan mañosa.
Y entonces yo aún no sabía de las múltiples goteras, porque el año pasado que llovió muy poquito, la gotera fue muy ínfima y todo el mundo me dijo: son años secos, el invierno es tan corto, qué te importa poner una palangana y ya.

Este verano las hormigas pululaban en mi jardín. Yo consulté a google si eso indicaba año seco o lluvioso. La respuesta fue muy vaga y me olvidé del asunto. Hasta ahora. Año lluvioso. Tormentas de viento y lluvia igual: GOTERAS.

Reclamarle a los “maestros” (maestro en realidad es el que sabe y enseña) habría sido en vano además de humillante.

Recurrí a un amigo del alma, (un regalo que me dio la vida) y me recomendó cubrir el techo con plástico por el invierno. Después veríamos la solución duradera. Se dijo y se hizo. Antes de partir me dijo: si hay mucho viento y sientes que aletea…me llamas.

Me pregunto qué sería Chile sin el plástico. 

Ahora, parte del techo de mi casa-jardín de los chincoles es un TECHO COPEVA.

" Las opiniones vertidas son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente el pensamiento de Algarrobo Digital "

3 comentarios:

  1. Increible relato, crudo y verdadero. Me encantó

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  2. Increíble.....: "Historia Tradicional y Costumbrista de Chile". Es lamentable su experiencia, pero con tristeza y vergüenza repito esa conocida frase "Estamos en Chile"

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  3. Y COPEVA¡¡¡ era una renombrada Empresa y además proveedora del Estado.
    Pero buemmmmm, importante hoy, es que Susana está muy bien, alegrando nuestros espíritus y festejando el año llovedor que deseamos suspenda la sequía regional.

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