Para quienes gustan de la buena literatura Boletín
literario preparado por Eduardo Trucco B. (*) en el cual ofrece una selección
de párrafos, invitando a compartirlos y comentar.
“DOMINGO”. Irène Némirovsky. Narrativa
Salamandra, Barcelona, 2017. Novelista de nacionalidad rusa (1903-1942).Destaca
por su “lucidez y habilidad para captar las debilidades y flaquezas de la
naturaleza humana”; son 15 historias publicadas originalmente en diversas
revistas francesas. Huyó de la revolución rusa y se instaló en París; el
régimen de Vichy le denegó la nacionalidad francesa; fue deportada y murió en
Auschwitz.
SELECCIÓN DE PÁRRAFOS:
Domingo.
1. Debe de gustarle hacer sufrir. Pero ya veremos quién es más fuerte –
murmuró apretando nerviosamente los puños, sintiendo palpitar el amor en lo más
profundo de su ser como un turbulento deseo de lucha, de ardiente y cruel
juego. Pág. 15.
2. …una lozanía que se adivinaba efímera, pero llegada a su perfección
más absoluta -. Nunca seré tan hermosa como ahora.
3. Sonrió. Ni su marido ni su hija mayor conocían la pausada e inusual
sonrisa de confianza que le entreabrían los labios. Pág. 17.
4. No esperar nada, qué paz… Cómo he cambiado… Pág. 18.
5. Sólo quedaba una exaltación, una fiebre, una felicidad aguda y casi
insoportable que, sin embargo, parecía ocultar en sus profundidades más
secretas una angustia suave y extraña. Pág. 20.
6. Estaba en la edad en que hasta la derrota embriaga. Pág. 25.
Las orillas dichosas.
7. Sonrió mientras recordaba las caricias de Gerald, y un leve rubor
suavizó su frío rostro, devolviéndole por unos instantes la gracia salvaje y
tímida de la adolescencia. Pág. 35.
8. Como un decorado de teatro, la vida parecía desplazarse, alzarse ante
sus ojos para dejar al descubierto una sima sombría y terrible. Pág. 45.
Aíno.
9. Finlandia me gustaba, pero permanece en mi recuerdo como el país más
misterioso del mundo. Pág. 57.
10. No era temor propiamente
dicho, sino el presentimiento de un misterio, de una presencia invisible, como
si la separación entre el mundo real y el sobrenatural se volviera más tenue,
más transparente por momentos. Pág. 58.
11. …la página que comenzaba con
las palabras: “Mis besos sobre tu corazón…” Pág. 63.
12. ¡Qué silencio…! Ni un soplo de
brisa. El aire helado, con su olor a nieve, a abeto, a madera fresca, mezclados
con el aroma de un fuego muy lejano, dilataba los pulmones y producía una
sensación de embriaguez. En el norte, el acto de respirar puede convertirse en
un auténtico placer físico. Pág. 64.
13. No era mucho mayor que yo.
Tenía el pelo rubio y largo, y unas facciones perfectas, pero frías e
inmóviles. Pág. 65.
14. No puedo expresar aquella
sensación, aquella mezcla de miedo y ternura. Pág. 67.
Fraternidad.
15. …aquella soledad, aquella
tristeza, tenían para él un encanto inexplicable. Pág. 72.
16. Uno de los rasgos de su
carácter era no confesarse nunca enseguida el verdadero mal, la auténtica
herida. Pág. 75.
Los vapores del vino.
17. Son tan espigadas que tienen
que agacharse para cruzar el porche, tan delgadas y diáfanas que, más que
mujeres, parecen sombras. Pág. 88.
18. Ese beso, esa casa vacía, ese
fuego, ¿qué importancia tienen? Hay que olvidar. Pág. 118.
Lazos de sangre.
19. Así que sus conversaciones
siempre parecían una sucesión de banalidades cuidadosamente expurgadas de toda
expresión sincera o profunda. Pág. 131.
20. Bendita enfermedad, bendita
fiebre que desanuda suavemente los lazos del cuerpo y otorga una sabiduría más
profunda, una lucidez más sutil, un calor que reanima la sangre. Pág. 139.
Un hombre honrado.
21. Había conocido una soledad
moral tan negra, tan dura, que jamás se borraría de su memoria. Pág.
22. No hay que ahondar demasiado
en el propio corazón: es algo que perturba y asusta.
El incendio.
23. A veces, les parecía que aquel
espectáculo encerraba en sí mismo no sabían qué profundo significado, qué
misterio, indescifrable para ellos. Pág. 210.
La confidente.
24. Era algo dulce y, al mismo
tiempo, desgarrador. Ahora todo ha terminado para mí, ¿sabe? Ya no soy un
creador. Sólo soy un intérprete. A la larga, eso se vuelve insuficiente e
ingrato. Pág. 238.
25. Ya sabe, a la edad que yo
tenía entonces sólo importa una cosa: los sueños, que son una especie de
segunda vida. Pág. 242.
26. Lo que sentía era extraño.
Comprendía que había amado a una ilusión, a una sombra. No le cabía la menor
duda de que al fin se había enterado de la verdad. Pág. 247.
La mujer de don Juan.
27. Con razón se dice que lo que
la mujer desea, Dios lo ampara. Pág. 265.
El conjuro.
28. Lo que reviste de poder los
recuerdos de la infancia es la parte de misterio que hay en ellos. Pág. 275.
29. Mi tía era bonita y tenía la
piel suave, el talle esbelto y el sentido común de una flor. Pág. 276.
30. – Pisotear un alma con sus
gruesos zapatos, eso es lo que le gusta a la gente. No, todo lo que es valioso
debe mantenerse en secreto. Pág. 278.
31. La vida es más sencilla de lo
que creemos. Pág. 279.
La Ogresa.
32. Pero yo le respondo: “Eso son
tonterías, cariño. El genio sabe instintivamente lo que el simple talento sólo
conoce por experiencia.” Pág. 296.
33. No hay nada más peligroso que
el deseo insatisfecho de una mujer. Pág. 306.
El espectador.
34. A mí lo que me consuela no son
ni los libros ni las obras de arte, sino la contemplación de este mundo viejo e
imperfecto. Pág. 311.
35. El ser humano estaba hecho
para soportar el hambre, el frío, el cansancio, y su corazón, para llenarse de
un sinfín de pasiones primitivas y violentas: el miedo, la esperanza, el odio.
Pág. 315.
El señor Rose.
36. Era prudente y tranquilo como
un gato. Llevaba una vida plácida. No se había casado y era rico. Desde niño
tenía una actitud burlona y desdeñosa que inspiraba respeto. Pág. 327.
37. Para conocer bien a un hombre,
hay que verlo sentado a la mesa o en compañía de una mujer que le gusta.
38. He vivido dos guerras. No
soporto este mundo empapado de sangre. Pág. 333.
39. Al señor Rose le entró hambre.
Estaba sorprendido de sentir algo tan intenso, tan sano y tan sencillo en medio
de semejante desastre. Pág. 335.
40. Si lo había perdido todo, qué
se le iba a hacer. Le quedaba la vida. La conservaría. En momentos así, el
futuro se acorta vertiginosamente. Pág. 336.
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(*) Eduardo Trucco Burrows, es abogado de la U. de Concepción. Reside
en Algarrobo, en el condominio “Campomar” (camino a Tunquén). Ha estado ya casi
dos años interviniendo por la defensa y protección de los ecosistemas de la
playa de Tunquén, contra la invasión de inmobiliarias y demás personas que no
tienen escrúpulo alguno en destruir toda la playa, el humedal y el santuario de
la naturaleza. Lo que se presenta es un trabajo sencillo: leer obras escritas
en español, subrayar lo que nos parece interesante, bello, atractivo, divertido
o sorprendente; enseguida, haciendo una cuidadosa selección de todos los
párrafos que se ha subrayado, se traspasan las citas – generalmente sin
comentarios – al boletín.
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Invitamos a nuestros lectores a participar con sus
comentarios en nuestra sección “Comentarios”, de más abajo, pinchando al pie de
esta noticia.
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