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martes, 21 de marzo de 2017

BOLETÍN LITERARIO N° 230: Selección de párrafos. SECCIÓN LITERARIA – “UN JARDÍN EN BADALPUR”. Kenizé Mourad

Para quienes gustan de la buena literatura
Boletín literario preparado por Eduardo Trucco B. (*) en el cual ofrece una selección de párrafos, invitando a compartirlos y comentar.

UN JARDÍN EN BADALPUR”. Kenizé Mourad. Editorial Planeta Chilena S.A.
Resumen del libro: La fascinante historia de la princesa Selma, madre de la escritora nos traslada a los ambientes exóticos de la corte otomana, al Líbano y a la India de los rajás. Asistimos a la formación de una gran personalidad femenina y a la lucha contra los fanatismos. En esta nueva novela Mourad nos invita a viajar a la India. La protagonista, Zahr, es una joven nacida en Francia que viaja a Lucknow para conocer a su padre, rajá de Badalpur y musulmán de la minoría chiíta donde debe enfrentarse al resentimiento y el fanatismo de su familia.
Bibliografía del autor: Kenizé Mourad (París, 14 de noviembre de 1939) es una periodista y escritora francesa, de origen turco-indio. Nacida Kenizé de Kotwara, es la hija de una princesa turca, Hanim Selma Rauf y del Nawab Amir al-Kotwara; es por tanto descendiente, por línea paterna, de Hazrat Hussein, nieto del profeta Mahoma, cuyos descendientes llegaron de Arabia a la India en el siglo XI.  
          Su madre descendía del sultán Murad V. Con el fin del Imperio Otomano en marzo de 1924 la dinastía otomana se exilió, la madre de Kenizé, siguiendo a su vez a su propia madre, huyó al Líbano, donde fue educada en una escuela católica francesa y se casó en 1937 en Lucknow con un príncipe indio musulmán a quien no conocía y que le había sido recomendado encarecidamente a su madre por el mulá Chaukat Alí. Se trasladó a París en marzo de 1939 para dar a luz a Kenizé, a pesar de que hizo creer a su marido que había nacido muerta razón por la cual el nawab no supo de la existencia de su hija hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial. La madre de Kenizé murió de septicemia en un hotel de París en enero de 1941 en circunstancias trágicas, dejando a su hija al cuidado de un siervo fiel que la acompañó a Francia desde la India y que había estado al servicio de la familia desde los tiempos de Estambul. Tras estar a punto de morir de inanición, Kenizé se crió desde 1941 en la sede del consulado de Suiza y se educó en un convento de monjas católicas, que la dieron en adopción a dos sucesivas familias francesas y a una española. 
          A los veinte años de edad y en busca de sus raíces, se lanzó al descubrimiento del Islam mediante la lectura de los textos de los sabios del sufismo. Kenizé realizó viajes a la India y Pakistán, mientras realizaba sus estudios en los campos de la psicología y la sociología en La Sorbona. Se unió al Nouvel Observateur en 1970, donde comenzó a trabajar en el servicio de documentación antes de escribir artículos. Se especializa en el Oriente Medio y el subcontinente indio, habiendo hecho la cobertura de las guerras en el Líbano, el conflicto palestino-israelí y la Revolución iraní.
La vida de su madre (de la que la escritora llevará el apellido como seudónimo literario Mourad') se convertirá en objeto de su primera novela titulada De parte de la princesa muerta,2 publicada en 1987 (título original De la part de la princesse morte), se convirtió inmediatamente en un best-seller de ventas de libros publicados en todo el mundo en más de veinte idiomas, incluido el turco. En Turquía, el libro tuvo un éxito particular, contando por primera vez el final del Imperio a través de los ojos de un miembro de la familia imperial: sólo las partes de la novela en la que la figura de Kemal Ataturk, del que la madre de Kenizé estuvo enamorada platónicamente de niña, contaba con un trato favorecedor, no se tradujeron.  La escritora ha publicado en 1998 una nueva novela, titulada Los jardines de Badalpur, y que narra la historia de la reunificación de la autora con la parte india de su familia. Kenizé Mourad ha vuelto a vivir en la tierra de sus antepasados, Turquía y vive en Estambul en su casa en el Bósforo.

Selección de párrafos de "Un Jardín en Badalpur"

1.      “En el principio fuiste mineral,
después te volviste planta;
luego te convertiste en animal;
¿cómo ibas a ignorarlo?
Después te volviste hombre.
Cuando hayas trascendido la condición
de hombre te convertirás, sin la menor duda,
en ángel.
Supera incluso la condición angélica:
penetra en el Océano,
para que de gota de agua puedas transmutarte
en mar…
(Yalal Ud-Din Rumi) pág. 9.

Del Prólogo:

  2. Pienso en todos los que no llegan nunca, en los que cada día se topan con el racismo o las incoherencias de la Administración, sin ningún medio para defenderse. Pág. 14.
  3. …tengo la suerte de ser una privilegiada que ha conocido la injusticia y el desprecio…
  4. Discretamente, mi tía se ha eclipsado. Pág. 15.
  5. ¿Cómo evaluar el grado de fuerza y lucidez de un ser llegado al umbral de la muerte?
  6. Abrió los ojos y me dirigió su mirada, y esa mirada era de una dulzura tan intensa que, de pronto, no ha existido nada más. Pág. 17.
  7.  …justo bajo los golpes de la emoción es cuando se revelan los sentimientos  más hondos. Pág. 19.
  8.  …el ser que, toda  mi vida, fue para mí el más cercano y el más misterioso. Pág. 21.

De la obra:

  9. Era la educación de meras apariencias que convenía a las perfectas mujeres de mundo en que se suponía nos convertiríamos. Pág. 43.
10. Los adultos no se dan cuenta del daño que hacen a los niños, de las heridas imborrables que su despreocupación les inflige y que mutilarán su corazón para toda la vida. Pág. 45.
11. Reprimida todo el año, me emborrachaba de libertad, por mucho que me amenazaran y castigaran no podía evitarlo: la vida era demasiado apasionante, no quería perderme ni una migaja. Pág. 48.
12. La inconsciencia de los adultos es apabullante: como, por orgullo, yo ostentaba un aire indiferente, se creían que todo me daba igual. Pág. 57.
13. Mi primer año de universidad, mi primer año de libertad, fue de una felicidad sin nubes. Pág. 68.
14. Como siempre estaba de acuerdo con ellos – motivo había -, opinaban que era muy inteligente. Pág. 69.
15. Algunos seres se pasan la vida tratando de “formar parte”, de “pertenecer”. En vano. Pág. 85.
16. La vara de medir la felicidad y la infelicidad es diferente para cada cual y jamás cabe juzgarla desde afuera. Pág. 91.
17. …se las ingeniaba para mostrarse hermético, pensando quizá, como muchos filósofos orientales , que el saber no puede ser dispensado, ha de merecerse. Pág. 92.
18. La conocí dos años después. Salía de una larga depresión, que añadía un encanto trágico a su belleza. Pág. 97.
19. Se sintió aún más halagado al enterarse de que lo había preferido a un príncipe, sin entender que no lo había preferido a él, sino a cierta idea de mí misma. Pág. 99.
20. …las teorías resisten mal las heridas del amor… Pág. 100.
21. Recuerdo el despecho que aquellos filósofos revolucionarios fueron incapaces de disimular el día en que Judith Lacan, la hija del maestro, una preciosa morena de ojos azules, sacó el número uno en la oposición a cátedra. Pág. 105.
22. Pero sigue siendo una diosa inalcanzable, con sus ojos oscuros atravesados por resplandores de tormenta para, un instante después, velarse con peligrosa dulzura. Pág. 117.
23. Sé que ya no me dirá nada, que tendré que adivinar. Pág. 119.
24. Tiene ganas de dejarse fluir largamente hacia lo indecible y lo intangible, de fundirse en la unidad infinita del mundo. Pág. 130.
25. Pero, al hacerlo, ha experimentado concretamente, por primera vez, el potencial de violencia que encubre la miseria, los tornados que puede provocar la desesperación. Pág. 135.
26. …las leyes indias, a cuya adopción contribuí yo mismo, son desfavorables para los propietarios. Yo pensaba que al menos beneficiarían a los pobres, pero ay!, sólo son provechosas para los comerciantes, esos nuevos ricos, la peor ralea de toda sociedad. Pág. 144.
27. No es que se doblegue, es simplemente que reconoce una parte de sí hasta entonces ignorada. Pág. 161.
28. No se puede rechazar lo que no se ha conocido. Pág. 167.
29. Cada vez que se ve forzado a comprobar que el poder se ha limitado a cambiar de  manos, que el servilismo curva los espinazos todavía más que antaño y que le corrupción es omnipresente, tiene la sensación de haber sido estafado y, amargado, se dice que su vida no ha servido para nada. Pág. 174. 
30. Aquí vivimos en comunidad; quizás no sean muy ricos, pero saben que son queridos y respetados, y están seguros de que, ocurra lo que ocurra, los cuidaremos hasta su muerte. Para ellos la independencia es sinónimo de soledad. No la quieren. Pág. 181.
31. Más que la riqueza, esas joyas evocaban el refinamiento de Oriente; hubiérase dicho que eran poemas, la hacían soñar… Pág. 196.
32. Se vio obligada a transigir, pero nunca logrará admitir la absurda idea de que una mujer sólo es respetable siendo invisible. Pág. 206.
33. Después se ha tendido en el suelo caliente y se ha dejado invadir por las vibraciones que suben de la tierra, de ese universo oscuro en perpetuo movimiento, de las escondidas profundidades donde germina la vida. Pág. 207.
34. Zahr sacará de eso una moraleja fundamental: jugar limpio, no tratar de cargar los dados. Porque, cuando las cosas no se hacen por ellas mismas, terminan infaliblemente por volverse contra uno. Pág. 215.
35. En el silencio que se ha restablecido se le oye sollozar, sollozos aún más desgarradores que sus gritos, gemidos de una gran fiera que se siente perdida. Pág. 229.
36. De repente comprendía que las contradicciones son sólo superficiales… Pág. 241.
37. Pero es la voz la que, en la India, es el instrumento fundamental, precisa Amir; Pág. 249.
38. Como repite Amir: “Yo soy un filósofo, no un profeta”. Pág. 270.
39. En esas sociedades tan educadas, lo importante es que no haya escándalos. Pág. 276.
40. En Lucknow, como en el resto de la India, los abogados empiezan a recibir al atardecer. Por la mañana están en los tribunales; por la tarde el calor es demasiado aplastante para otra cosa que no sea dormir la siesta. Pág. 343.
41. …uno se habitúa con gran facilidad a la miseria ajena. Pág. 351.
42. La emoción que no halla salida en la acción es un veneno para el alma… Pág. 358.
43. …como si aceptara la amarga verdad que, hasta estos últimos tiempos, siempre había rechazado: que no sirve de nada estar en su derecho si no se es el más fuerte. Pág. 380.
44. Aquí, como en todas partes, las condiciones de vida se han degradado; cada año aparecen nuevos barrios de chabolas, donde se hacinan pequeños campesinos arruinados que buscan trabajo; la atmósfera se carga, la miseria engendra desconfianza y odio, una insignificancia bastaría para prender la chispa. Pág. 384.
45. No cederá ante su hermano. Por orgullo, pero sobre todo por sentido de la justicia: no hay derecho a dejarse aplastar. Pág. 388.
46. Las barreras de las convenciones sociales no son las barreras del alma. Pág. 390.
47. Mandjú se salvó de milagro, pero, del joven de mirada vacía cuya inquietante belleza fascinaba, sólo queda un pobre cojo con el rostro cosido a cicatrices. Pág. 394.
48. Nuestros textos sagrados enseñan que todo ser humano, sea cual sea su religión, porta en sí la chispa divina, y que alcanza la realización suprema mediante la piedad y el trabajo interior. Pág. 403.
49. Los hombres no comprenden que, al encerrar a las mujeres, el peor daño se lo hacen a sí mismos. Pág. 414.
50. ¿Cómo explicarles, si la vida no se lo ha enseñado, que la verdadera fuerza proviene de la certeza de ser humanos, libres a cada instante de elegir el camino entre infinitas posibilidades? Pág. 426.
51. Que todos hemos salido de la misma matriz, una etapa entre la piedra y el Espíritu, una parcela de infinito, una parte del Uno que hay en cada uno de nosotros. Pág. 430.
52. Hay recuerdos que es menester cultivar como flores raras, como joyas, piedras de vida que, cada vez que se miran, devuelven esperanza y fuerza.
Del Epílogo:
53. ¿Zahr habrá partido simplemente hacia otros horizontes, ligera, por fin capaz de bailar su vida? Pág. 431.

(*) Eduardo Trucco Burrows, es abogado de la U. de Concepción. Reside en Algarrobo, en el condominio “Campomar” (camino a Tunquén).Ha estado ya casi dos años interviniendo por la defensa y protección de los ecosistemas de la playa de Tunquén, contra la invasión de inmobiliarias y demás personas que no tienen escrúpulo alguno en destruir toda la playa, el humedal y el santuario de la naturaleza. Lo que se presenta es un trabajo sencillo: leer obras escritas en español, subrayar lo que nos parece interesante, bello, atractivo, divertido o sorprendente; enseguida, haciendo una cuidadosa selección de todos los párrafos que se ha subrayado, se traspasan las citas – generalmente sin comentarios – al boletín.

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4 comentarios:

  1. Al parecer una novela difícil de seguir para quienes no tenemos la mínima idea de la cultura y mentalidad de países lejanos. Por ejemplo la selección 41. …uno se habitúa con gran facilidad a la miseria ajena. En mi caso, no lo veo posible. o la selección 32. Se vio obligada a transigir, pero nunca logrará admitir la absurda idea de que una mujer sólo es respetable siendo invisible.

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    1. Hola María Paz: a) Respecto de la cita 41: En el fondo, critica que mucha gente se olvida pronto de la miseria de otros y sólo se siente verdaderamente afectada por la miseria propia (si es el caso); b) Respecto de la Cita 32: La protagonista, Zhar, se crió en Occidente (en especial en Francia); pero su familia paterna vive en India y es de religión musulmana; al llegar a conocer a su padre y familia, se vio sometida a una serie de obligaciones y restricciones, como es el caso de la generalidad de las mujeres musulmanas; para no crear tensión en la familia, transigió en ciertos detalles, pero lo que no está dispuesta a aceptar es el uso del velo o de la burka...Gracias por los comentarios.

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  2. Don Eduardo, me refiere a la selección 15. Algunos seres se pasan la vida tratando de “formar parte”, de “pertenecer”. En vano. ....

    Las personas somos sociables, no es cierto? Estamos condicionados a vivir en comunidad, en sociedad. Entonces, me parece lógico, natural y propio del ser humano el buscar pertenencia. Incluso, está en gran parte de la vida animal

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  3. Con una vida sacada como de un cuento de las mil y una noches, es imposible que la autora de este libro no se sintiera tan tremendamente motivada a plasmar sus profundos sentimientos y vivencias, convirtiéndose en una gran escritora.


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