Por ningún motivo enredar más las cosas, pero debemos admitir que en la situación política en que estamos en el país nos ha llevado a la sensación, basada en hechos reales, de inseguridad. Inseguridad en educación, inseguridad en salud, inseguridad económica, inseguridad laboral, inseguridad en justicia, inseguridad social, inseguridad en soberanía, inseguridad de vivir en paz. Cuestiones que no pueden ser más importantes para la vida normal y feliz de todos. La sensatez nos indica que este lio no nace por sí solo, sino por la irrupción de algo nuevo que se quiere “imponer” sobre nuestra cultura y estilos de vida que hemos producido en el país, nosotros, los chilenos, por muchos años. Se “impone” porque se ha demostrado en hechos reales muy extraños que han ocurrido desde hace cinco años y siguen ocurriendo en un país ordenado como el nuestro y que nadie en su sano juicio lo hubiese buscado. Ante esto es de imaginar pensar, ¿será para mejor o peor o no vale la pena? y de ahí nace la esperanza política actual, eso es nuevo, porque nos “damos cuenta” en que hay algo serio que nos está afectando de manera muy persistente. Estábamos acostumbrados a tener esperanzas de otro tipo, pero no enfocada en política con tanta notoriedad. Esta irrupción es claro quienes las están impulsando y la esperanza política actual consiste en el deseo que esto termine para alcanzar nuevamente la seguridad anhelada. Tiene asidero ante la expectativa de que hay factibles y claras propuestas desde todos los ámbitos políticos posibles en las elecciones que vienen, algunas profundizando la irrupción y otras frenando la irrupción, esto da cierta tranquilidad a las personas. Hay optimismo en que se logre cumplir ese deseo.
Pero hay cierto grado de incertidumbre, porque entre las opciones, determinar cuál es el camino “correcto” o dice la verdad es un acto difícil y con riesgo de elegir: actitudes absurdas o propuestas políticas que no funcionan, elegir propuestas que van en contra de los propios intereses o el uso de la mentira o las mismas políticas, pero camufladas que nos obliguen a seguir en lo mismo. De algo hay que estar seguros, la esperanza solo la puede ofrecer Jesús, ningún ser humano o propuesta puede, y si lo hace estaría manipulando la necesidad de mejorar la realidad actual del país. ¿Cómo actuar ante una legitima esperanza se cumpla? Dos acciones: recordar la razón de la esperanza, y dejar de usar la “estupidez “como forma de actuar para tomar la decisión, que suele estar en personas inteligentes también. (Estupidez: forma de actuar, pensar o comportarse que puede ser irracional. dañina o poco efectiva).
pamansill@gmail.com