DEVASTACIÓN DE PATRIMONIO NATURAL EN ALGARROBO

Por Pablo Salinas

El proyecto inmobiliario El Rabanal -420 departamentos- emplazado en primera línea frente al mar, en la ladera norte de la quebrada Mirasol, despierta hoy preocupación en un sector muy importante de la población de Algarrobo. Ya la puesta en marcha de un nuevo desarrollo inmobiliario de gran envergadura para una comuna con una red vial saturada y una capacidad de carga urbana claramente sobrepasada, como la nuestra, no puede sino despertar natural inquietud dentro de la comunidad local. Como se ha repetido hasta el cansancio, no se trata de rechazar cualquier tipo de iniciativa inmobiliaria, sino simplemente de velar por un desarrollo controlado, inteligente y sustentable, más allá de por criterios ideológicos, por simple sentido práctico y real visión de futuro.

También en esta misma plataforma, tanto a título personal como por parte de cientos de vecinos, se ha coincidido en lo altamente inadecuado del actual instrumento de planificación urbana, el que, aparte de mal hecho, hoy está totalmente obsoleto. Pese a ello, este instrumento, notablemente permisivo para el interés inmobiliario, considera para el sector donde actualmente se inician las faenas del proyecto Rabanal toda una franja de protección, tipificada como área verde, para la franja de laderas y acantilados que va desde la quebrada Mirasol hasta la quebrada El Yeco.

En visita hecha hoy martes 8 de septiembre, junto al antropólogo Luis Morales, se pudo constatar que las labores de despeje de terreno están arrasando con abundante especies de vegetación nativa en un área que estaría claramente dentro de la zona protegida como área verde.

Como si con esto no bastara, Morales nos hace ver respecto a la riqueza arqueológica del lugar "Este forma parte de una unidad arqueológica. No se puede hablar de un sitio aislado, sino de un área homologable a todo el sector costero hasta Quintay. Se trata de conchales, es decir restos que se presumen pre-cerámicos, por ende, de una antigüedad de alrededor de 2 mil años."

Los vecinos de Algarrobo ya hemos dicho ¡BASTA! a esta clase de desarrollo insano. Esta vez, pese a que las máquinas ahora trabajan a toda intensidad, la comunidad no permitirá un nuevo atropello a su patrimonio natural, la gran riqueza de una localidad como la nuestra. Aunque las autoridades de turno sigan sin entender.

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