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lunes, 8 de enero de 2018

FÁBULAS DE LA CHILENIDAD: HABLAR COMO EL FORRO

Artículo de Opinión
(Las opiniones vertidas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las emite y no representan necesariamente el pensamiento ni la línea editorial de este Diario)

Alien Carraz
Autor, pensador, ensayista y narrador

Una de las características del nuevo chileno acostumbrado al whatsapp, las redes sociales, internet, la tarjeta rut y a otras herramientas plásticas que sirven para enclaustrarse en el endeudamiento con anestesia (es decir, que incluyen la correspondiente dosis del pago mínimo), es la cada vez más intensa relación entre No leer y Sí “escribir” en un idioma de interjecciones y emoticones que no tiene casi ningún parecido con la lengua española, y que haría que Cervantes se viera obligado, como mínimo, a reescribir El Quijote y resumir sus más de 600 páginas originales en unas cuantas hojas, porque de otra forma nadie en este país se tomaría la molestia de leerlo.
La otra característica que nos hace únicos es que somos el último país antes de ir a congelarnos al Polo Sur. O sea, después de Chile, al Sur, no hay nada ni nadie. Ni onas ni esquimales. De tal forma que, Chile, se construyó a sí mismo casi completamente aislado del mundanal ruido del resto de América. El desierto, por un lado, y la cordillera, por el otro, se volvieron barreras insalvables para que sufriéramos y/o gozáramos de las mezcolanzas que se dan en otros países donde negros, blancos, mulatos y otros especímenes conforman la multicolor raza que los habita. 

Recién, este país ha empezado a experimentar la inmigración de extranjeros de color, incluidos peruanos, colombianos, haitianos, venezolanos, ecuatorianos y otros. Esto, en el tiempo, afectará el prototipo original nuestro y de seguro tendremos unos chilenos grandotes de piernas muy largas y en colores café con leche que nos traerán grandes alegrías atléticas y un modo de hablar mucho más latinoamericano que cuando el Chavo del Ocho nos integró algunos mexicanismos medio babosos. Mensos, por decir algo.

A propósito de esto, el reconocido comediante mexicano, Chumel Torres, hace gala de un humor punzante y corrosivo, a través del cual se burla o, mejor digamos, le toma el pelo a medio mundo y, obviamente, los chilenos estamos incluidos en su parrilla.
Según este personaje de la TV, nosotros somos el pueblo que tiene un español absolutamente incomprensible. Nadie que no sea chileno sería capaz de entender una palabra de lo que decimos coloquialmente en cualquier esquina, en un café o, peor aún, en una pelea entre 2 o más criollos nacidos y criados en el sector poniente de la capital y con raíces muy cercanas a la vega central o en la periferia del matadero.

Ya un chileno común y corriente puede volver loco al extranjero recién llegado, el que necesitará meses de estadía y oídos muy dispuestos si es que quiere lograr entablar una conversación decente que incluya entender lo que el otro está diciendo…


¡Cáchate la mansa hormiga! – dice el chileno, y el foráneo se queda como si un enorme extraterrestre bajándose del platillo volador recién posado en el patio de su casa, le dijera: ¡Bzkky grrtzwo flbbgwe!

¿¡Cáchate la mansa hormiga!?...¿Qué diablos quiere decir eso? ¿Cáchate?..¿Será ¡Catch (Agarra) a la hormiga mansa!? ¿Son mansas en Chile las hormigas?...

La cabeza del amigo extranjero sería una olla en ebullición tratando de entender nuestro idioma.

El forastero, le enseña el refrigerador descompuesto al “técnico” nacional, y éste, para impresionarlo, le suelta la frase que lo resume todo: 


Jefe, esta weá se la arreglo de una patada…

¿Weá? ¿De una patada? ¿Será que los chilenos son unos salvajes que pretenden arreglar las cosas a puntapiés? ¿O weá y patada es una técnica de reparación propia de Chile? 

Ni con un diccionario Chileno-Español/Español-Chileno es posible comprender algo de lo que dicen algunos nacionales. Ni qué decir si es que uno de estos despistados gringos se incluye en la conversación de un par de chilenos criollos con unas cuantas piscolas en el cuerpo:


¿Este weón es el Yon?
Si poh
¿Yon cuánto?
John Anderson
Ah..¿Y qué wua hace este weón?
Anda puro dándose vueltas…de paseo
Ah…¿Y de dónde es?
De gringolandia dice
Ah…¿Y qué tal?
No, buena tela
Ah…¿Oye Yon, querí un copete?
What?
¿Habla español este weón?
Cacha poco
Entonces anda puro dando jugo…Oye Yon, tení que darle a la lengua…batir la culebra…¿Cachai?
Sorry, I don’t get it
¿Qué weá dijo?
No cacho
¿Entonces, qué hacemos con este weón? 
No, si es re buen gallo. Le voy a presentarle una mina…la Yocelin
¡Ta rica!
Sí, y es loca la weona, así que por ahí le sale algo…
Yon…¿Te gusta la Yocelin?
¿Yoceling? 
Sí, la Yocelin
I don’t know

¿Cómo que aidonou? ¡Yocelin dije! Me cago el gringo pa weón este…





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