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viernes, 28 de octubre de 2016

BOLETÍN LITERARIO N° 225: Selección de párrafos. SECCIÓN LITERARIA – “MOISÉS PRÍNCIPE DE EGIPTO”. Howard Fast. Étienne Klein.

Para  quienes  gustan  de  la  buena  literatura
 Boletín literario preparado por Eduardo Trucco B. (*), en cual comenta obras literarias de actualidad. Al igual que las demás publicaciones, el lector tiene la oportunidad de compartir sus opiniones usando nuestro espacio de “Comentarios”, ubicado al pie de cada publicación

RESUMEN DEL LIBRO: Hay una etapa en la vida de Moisés de la que apenas ha quedado rastro: la infancia y adolescencia. Sin embargo, como demuestra Fast, hay muchos indicios para poder deducir cómo tuvieron que ser los años de formación de Moisés. Naturalmente, lo que más interesa a Howard Fast es cómo se va creando y forjando una conciencia crítica con respecto al poder tanto en el ámbito político como en el religioso (en un sentido amplio), en este caso representado además por su propia familia. El descubrimiento de sus orígenes, la envidia y las luchas entre los hijos del faraón, el viaje a las tierras del Kush en que entra en contacto directo con la violencia que emplean los poderosos con el pueblo o la amistad con un esclavo son algunos de los elementos que emplea Fast para recrear una biografía conmovedora y trazar al mismo tiempo una novela de formación.

 “MOISÉS PRÍNCIPE DE EGIPTO”. Howard Fast. Narrativas Históricas Edhasa. Buenos Aires, 1ª edición argentina, 2006. Escritor estadounidense; tiene otras notables novelas como “Espartaco” y “Mis gloriosos hermanos”. (Sin saber o adivinar que en nuestro país vendría una teleserie sobre la vida de Moisés, el Director del Boletín adquiríó esta obra en Julio de 2015, conocedor de las que se mencionan más arriba. Esta obra relata sólo una parte de la vida de Moisés; los nombres no siempre coinciden con los de la teleserie, y algunos hechos son radicalmente diferentes a lo que se nos muestra en la televisión. Ha de notarse, también, que el autor pone en boca de sus personajes, ideas y pensamientos que resultan muy ciertos y aplicables, aún hoy día…)

  1. (Refiriéndose a los judíos contemporáneos de Moisés) Rendían culto a un dios que recompensaba a los buenos y castigaba a los que obraban mal. Pág. 9.

  2. (Nota) La mayoría de estudiosos parecen estar de acuerdo en que Moisés es un término egipcio, que significa “nos ha sido dado un niño”. Debería recordarse que la de Moisés es una pronunciación occidental; en hebreo, el nombre se pronuncia Mosheh; en el antiguo Egipto es probable que la pronunciación fuera idéntica. Pág. 14.

  3. Moisés era lo bastante mayor como para intuir lo mucho que algunos hombres deseaban, la ambición y avaricia de tantos entre el enjambre de sacerdotes, escribas, administradores y médicos que constituían una parte viva del gigantesco palacio… Pág.25.

  4. (Refiriéndose a Ramsés) Hacía gala además de cualidades humanas que siempre resultaban tranquilizadoras en un dios. Fanfarroneaba y mentía sin avergonzarse de ello. Pág. 37.

  5. Estoy tan sola y olvidada como sólo una mujer puede estarlo. Pág. 43.

  6. Los príncipes quedaban divididos en cuatro grupos según la edad, y diariamente cada grupo practicaba con una u otra de las armas: la daga; la espada y el escudo; la lanza o la larga vara negra de Kush, de ébano pulido y tan alta como el hombre que la llevaba. Pág. 51.

  7. Por primera vez en su vida, Moisés experimentó la absoluta frustración de hallarse en una posición justa pero imposible de demostrar, y supo cuán vano y contraproducente sería tratar de dar explicaciones. Pág. 54.

  8. (Refiriéndose a la belleza) He oído decir que es una de las siete fructíferas bendiciones; y puesto que los dioses así lo han querido, trae consigo consuelo y paz. Pág. 57.

  9. Yo sigo siendo muy devoto, que conste, pero me concedo el lujo de la perplejidad, que según me dijo mi propio maestro (cuando yo era un muchacho como tú) supone un escollo mayor que el oro, las mujeres o el poder. Pág.  63.

10.  – No te entiendo, Amontep.
            - No. Pero empezarás a hacerlo, porque el entendimiento llega lentamente, Moisés. Pág. 65.

11. El nombre del sagrado hijo de Atón era Shay, que significaba “destino”, o la realización última de todas las cosas. Pág. 74.

12. Cierta sensación de equilibrio y realidad en Moisés le tornaban ahora menos vulnerable a sueños disparatados e ilusiones embriagadoras… Pág. 83.

13. Tengo una lengua mordaz y siento profundo desagrado ante la vacua vanidad, incluso cuando quienes la exhiben son de divina cuna. Pág. 91.

14.  – Sólo me quedaré si me das tu permiso, Nep. Me gustaría observarte mientras trabajas.
     -  Muy bien. Pero te agradecería que no me hablases. No me gusta hablar mientras trabajo. Pág. 93.

15. – No lo sé – respondió el muchacho despacio, pero con tal intensidad y el entrecejo tan fruncido de pura perplejidad que el ingeniero fue capaz de captar su excitación interior, su asombro y su desconcierto… Pág. 94.

16. - ¿Cómo lo sabes?
     - Bueno… ¿Cómo sabe uno las cosas? Vives, ves y piensas, y en mi caso he llegado a la conclusión de que la vida de un hombre, al igual que la estructura de una casa, ha de obedecer a ciertas reglas. Pág. 106.

17. Hoy en día la gente ha olvidado la ciencia y el saber antiguos, y como son ignorantes y supersticiosos, dicen que Osiris envió a sus servidores a levantar las pirámides mediante la magia. Pág. 107.

18. Era un hombre orgulloso, que no tenía que acarrear sobre sus espaldas a la clase sacerdotal y la nobleza. Pág.108.

19. Abandonado a su suerte, Moisés se dirigió a proa y se acurrucó en el suelo, rodeando con un brazo la argolla para las amarras, y allí permaneció hasta que Nep lo llamó a compartir su almuerzo: pan, higos y vino. Pág. 111.

20. Moisés era tan poco proclive a la depresión como al desaire antojadizo o al insulto. La vida y la salud ardían en él con demasiada fuerza… Pág. 117.

21. Era mejor estar por ahí con su caballo rubio, al que había llamado Karie, el nombre egipcio para la tierra legendaria de los hombres rubios, donde se hacía toda la seda. Pág. 129.

22. No son los jóvenes quienes han de decidir, porque lo último que pueden entender los jóvenes es lo que significa sentirse viejo y derrotado. Pág. 131.

23. Ahora has de ser un pilar de fuerza para ella. Sé dulce, sé sabio y comprensivo. Pág. 133.

24. Recuerda con cuánta frecuencia te he hablado del ka, el alma de un ser humano, que cual espejo de la verdad refleja al hombre tal como es.

25. Se había despedido de la vida y también del miedo. Pág. 137.

26. Somos un pueblo extraño y torturado, Moisés, y la mente del más simple campesino es un laberinto en el que te perderías. Pág. 142.

27.  …nada atempera tan bien la pasión como el conocimiento… Pág. 187.

28. Se hace duro pensar, Moisés, cuando el mundo entero tiene miedo del pensamiento o la verdad. Pág. 206.

29. – Perdóname, príncipe de Egipto, pero eres un joven y has vivido la mayor parte de tu vida en la Gran Casa. Yo he vivido la mía donde acaba la misericordia y empieza la sabiduría. Pág. 216.

30. Día tras día, el respeto de Moisés hacia las cualidades de aquel hombre menudo, extraño y duro, en el que tan curiosamente se mezclaban compasión y brutalidad, aumentaba más y más… Pág. 256.

31.  …y la tercera era una joven elegante y preciosa, la hija, según supuso Moisés, ataviada con una fina túnica transparente que dejaba un pecho redondo, turgente y adorable al descubierto, siguiendo la costumbre de las gentes del sur. Pág. 263.

32. Les sirvieron cuencos de uvas e higos maduros y sencillos platos de arcilla llenos de rajas de melón y carne de cabrito, cocinada en una sabrosa salsa de miel que Moisés nunca había probado. Pág. 266.

33. Había tanta amarga ironía en el tono de voz de Atonmoisés que Moisés creyó que Setikep y Sokarmoisés se ofenderían. Pero tan sólo sonrieron con esa clase de tolerancia que le dejaba claro al médico que nada que dijera podría ofenderles. Pág. 268

34. Nep dijo entonces: ‘Me temo que el único dios es la verdad, Moisés, y la verdad a ningún hombre se le permite conocerla.’ Pág. 276.

35. Bajo la luz de luna del desierto, daba la verdadera sensación de que el lugar fuera de otro mundo; tenía un encanto evocador e inquietante que hizo a Moisés sentirse desbordado por emociones que no podía identificar ni controlar. Pág. 278.

36. Tenía esa edad en que el amor es puro y maravilloso, un pozo dulce de fuerza ilimitada y una garantía de poder más allá de la muerte y la vida eterna. Pág. 282.

37. Se sentía henchido de una conciencia que jamás experimentara y de un entendimiento que nunca tuviera. Pág. 287.

38. El vínculo que nos une es la capacidad para enfrentarnos a la verdad. Pág.289.

39. Tres años son una eternidad para la juventud, pero pasan. Sí, más rápido de lo que imaginas. Para entonces serás ya todo un hombre, y habrás aprendido mucho, bueno y malo. Si todavía sientes lo que sientes ahora, ven a nosotros, y si mi hija te ama, podréis unir vuestras manos en matrimonio. Pág. 296.

40. Era evidente que hacía mucho tiempo que dominaba el arte de conservar las fuerzas, y pese a haber compartido todos los rigores del viaje, incluida una dieta en absoluto distinta a la de sus hombres, se le veía alegre, descansado y relajado. Pág. 301.

41. La muerte estabiliza, desagravia y perdona, y de alguna forma Moisés llegó a comprender la lamentable e ignominiosa tragedia que suponía la muerte de ese hombre. Pág. 339.

42. Se tendió entonces en las aguas frescas y raudas del Nilo y dejó que éstas se llevaran el dolor, los recuerdos y la suciedad. Pág.341.

43. El amor verdadero sólo puede existir cuando no hay miedo, y si el alma humana puede comprarse y venderse cuando a uno se le antoje, el miedo nunca desaparece por completo. Pág. 355.

44. Y a medida que el Nilo se tornaba más angosto y poco profundo cada día, cayeron en la cuenta de que se estaban aproximando a su misterioso y legendario nacimiento, aquel lugar aterrador del que ningún viajero había regresado jamás… Pág. 376.

45. Lloraba por sí mismo, pero aún lloraba más por aquel príncipe extraño, alto, pensativo y curiosamente triste, que era a un tiempo tan sabio y tan ignorante, tan sofisticado y tan inocente, tan dulce y tan severo, tan fuerte y aun así tan indefenso. Pág. 378.

46. En cierta ocasión oyó a Nep decir que, entre las fuerzas de la tierra, nada hay tan poderoso como una idea que haya echado raíces, y ahora entendía lo que entonces no fue para él más que un comentario enigmático. Pág. 382.

47. El plato de cobre, explicó con una sonrisa pícara, estaba lleno de agua del tiempo, que le permitía leer el pasado, el futuro y muchas cosas del presente que o bien estaban muy lejos o la astucia del hombre mantenía ocultas. Pág. 389.

48. En cuanto a lo de leerte el pensamiento, resulta que una culpa atroz siempre prevalece en los pensamientos de un hombre bueno. Pág. 391.

49. Ese hombre exigía también saber por qué y cómo; era un destructor de imágenes… Pág. 393.

50. Ojalá tus crueles dioses sean buenos y se apiaden de ti, pues con los años tendrás cada vez más sabiduría y humildad, y hacia ninguna de las dos cosas profesan mucho aprecio tus reyes o tus dioses. Pág. 403.

51. Está lleno de dolor y esperanza, y toda su vida los dos lidiarán una batalla en su interior. Pág. 404.

52. Para Moisés, el viaje, largo, dulce y sin incidentes hasta el delta fue necesario e importante, pues permitió que las cicatrices en su interior sanaran lentamente e hizo que su inmensa culpa resultara menos dolorosa. Pág. 420.

53. Nep le contestó compungido que los viajeros errantes eran aquellos que andaban en busca de su hogar, no aquellos que lo habían dejado. Pág. 426.

54. Y, sin embargo, había dejado de odiar. Había prendido en él la semilla de una noción, la de que la rectitud no reside en la acomodaticia y antojadiza ma’at del alma egipcia, sino que existe como ente aparte, creado a partir del hombre y la agonía del hombre, y más poderoso de lo que pueda creerse. Pág. 436.

55. Comprendió que todo podía haber sido distinto de no haber destruido los hombres de Kush, con los corazones llenos de odio y pesar, la entidad de la casa blanca sobre el acantilado…
     Y aun así, el dolor que quedaba en él era por aquella mujer encantadora, no por las circunstancias perdidas. Pág. 456.

56. ‘Miradme con un poco de amabilidad, pues soy víctima de un dolor particular’. Pág. 459.

57.  …atenuada por la dominadora degradación que suponía la esclavitud. Pág. 464.

58. Además, no olvidemos que la casa de Atonmoisés era representativa de todo lo mejor de Egipto, el culto puro de Atón, no como dios del sol sino como fuente de toda vida y belleza. En la casa de Atonmoisés prevalecía la razón dulce y estaba llena del vino embriagador del escepticismo y la duda, y allí encontraste a una mujer encantadora a la que producía gozo contemplar y con la que era un placer estar y conversar. Pág. 470.
  
(*) Eduardo Trucco Burrows, es abogado de la U. de Concepción. Reside en Algarrobo, en el condominio “Campomar” (camino a Tunquén).Ha estado ya casi dos años interviniendo por la defensa y protección de los ecosistemas de la playa de Tunquén, contra la invasión de inmobiliarias y demás personas que no tienen escrúpulo alguno en destruir toda la playa, el humedal y el santuario de la naturaleza. Lo que se presenta es un trabajo sencillo: leer obras escritas en español, subrayar lo que nos parece interesante, bello, atractivo, divertido o sorprendente; enseguida, haciendo una cuidadosa selección de todos los párrafos que se ha subrayado, se traspasan las citas – generalmente sin comentarios – al boletín.

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1 comentario:

  1. No sabía de este libro. El problema está en que hay tantas versiones en películas de repeticiones mas la serie de la TV que a una la hacen dejarlo pasar. He leído en otras publicaciones de esta sección literaria el que los lectores elijan un párrafo, pues yo me quedo con este: 43. El amor verdadero sólo puede existir cuando no hay miedo, y si el alma humana puede comprarse y venderse cuando a uno se le antoje, el miedo nunca desaparece por completo. Pág. 355.

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